Esa maldita Perfecta

Todas conocemos una mujer que nos hace morir de envidia. Una mujer que jamás se despeina con el viento, que nunca se mancha con salsa, que tiene dos hijos educados y preciosos, que trabaja de lo que siempre soñó. Una mujer cuyo novio lava los platos y jamás sale de noche sin ella. Una mujer perfecta, que claro, por supuesto, no somos nosotras.